sábado, 10 de noviembre de 2012

La privatización de la realidad (I)

La realidad está privatizada. Siempre lo estuvo. No podía ser de otra manera. La historia de la civilización es la historia de la dominación. De las grandes verdades escritas en las paredes de las Iglesias a los medios de comunicación digitales. La realidad privada es un guión escrito por (Dios) sabe quién para que las cosas sigan adelante.

Por eso la socialdemocracia y el Estado del bienestar siempre fueron un mito. La crisis del sistema de acumulación exigió de un ingente gasto "público" para que las empresas continuaran funcionando: había que proteger los ahorros de las personas para que compraran y no hicieran naufragar el nuevo acuerdo. Las "conquistas sociales" fueron un cheque para bancos y entidades industriales.

Ahora, cuando el beneficio está garantizado por otras razones, se retiran los estímulos: la dominación se muestra en carne viva. Y la pelea por la realidad está cada día más perdida. Las actitudes de las personas y sus opiniones se van adaptando a la novedad para sobrevivir: pronto estaremos "aprendiendo a valorar" los pocos servicios públicos que nos quedan y a vivir un modo de vida más austero pero "más humano y solidario". De la crisis "saldrá lo mejor de las personas".

La economía de la servidumbre, la cultura de la deuda, exigen de este nuevo guión. Las cosas que dábamos por hechas, la zanahoria que nos permitía aceptar a los dioses que nos regían, se nos retira. Ya no somos tan necesarios. La dialéctica se radicaliza cuando más lejos estamos de protagonizar un cambio. El actor principal de la película se ve a sí mismo en retirada cuando tiene la oportunidad de lanzar el ataque definitivo. Pero el guión, sea por lo que sea, nos conduce en la dirección opuesta...