Lo que está claro es que tienen una utilidad fácilmente apreciable: snobs, grunchies de marca, hippies venidos de la máquina del tiempo, pijos declarados, gafapastas, alternativos, góticos, emos, merdellones, y todo ello a la vez cumplen una importante función social.
Sirven para unirnos.
Los sociólogos lo llaman algo así como la dialéctica del "in and out". O estás con nosotros o estás con ellos.
Siempre he pensado que en el período de formación de un grupo determinado de amigos, compañeros, etc., este elemento juega un papel básico. Y lo podemos comprobar en cualquier tipo de organización: una empresa, un aula universitaria, una oficina, un supermercado...
De alguna forma, nuestra inseguridad natural se ve recompensada creando una especie de personaje sombra al que proyectamos nuestras energías negativas. Y al darnos cuenta de que hay otros que piensan como nosotros, nos sentimos bastante bien, por lo que apreciamos tener esa compañía.
Es cierto que para la consolidación de un grupo hace falta algo más que un enemigo exterior. Tiene que haber valores compartidos, inquietudes comunes, o incluso intereses oscuros. Pero la dialéctica del dentro-fuera suele jugar un papel muy interesante, recompensante e incluso divertido, con una intensidad mayor al principio.
¿Se os ocurren otras tribus que denostar? ¿Están demasiado trillados los pijos ya? ¿Todos tenemos algo de cada una? ¿Qué pensáis de aquél que se va "con todo el mundo"?
2 comentarios:
Yo creo tenemos que definirnos en un grupo en concreto, y eso no significa que no podamos interaccionar con otros grupos, pero siempre debemos poseer algunos "enemigos".
En cuanto al típico que se va "con todo el mundo", o más bien el que NO se va "con nadie", no está ni aquí ni allí, y eso a la larga no es bueno, porque provoca fuertes mareos.
La verdad es que no se muy bien si todos tenemos algo de cada tribu, pero lo que está claro es que los merdellones, lo cogen todo de todos, provocando tales combinaciones, decoradas con tal glamour.
Interesantes reflexiones, colega Andrés. A mí la verdad es que me gustan especialmente las combinaciones: merdellones que quieren ser pijos, pijos que quieren ser grunchis, pijos que quieren ser merdellones... Es un tema tan amplio...
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