domingo, 24 de mayo de 2009

¡Fotitos!














Salí anoche con unos amigos, probablemente, de los mejores que tengo. Entramos en un par de antros, en el último de los cuales nos hicimos fotos poniendo caras. 

Son las mismas fotos que nos hicimos hace unas semanas en el mismo antro, o, lo que es casi igual, en el interior de otro garito. 

La posición de los figurantes es prácticamente 
idéntica a la de otras instantáneas. He llegado a la conclusión de que la única variación es la ropa que llevamos. En mi caso, tal cambio es improbable o difícil: no presumo precisamente de vestuario amplio. 

El problema reside a la hora de ordenar estas fotos: todas se parecen tanto entre sí que habría que llevar un registro casi al día de las fechas para que no quedaran en el olvido y se confundieran, por ejemplo, con las mismas fotos en el mismo sitio de hace dos meses. 

Quizá sería mejor hacerlas solamente una vez y luego maquillarlas un poco en Photoshop, buscarles otros escenarios de fondo, o, sin más, reproducirlas, copiarlas y ponerles fechas posteriores. 

No hay nada criticable en todo esto, si, además, el hecho de hacer fotos constituye un aliciente para pasarlo mejor. Aun así, me da la impresión de que la proliferación de instrumentos con los cuales inmortalizar las experiencias han producido una saturación de imágenes que casi tapan lo que ocurrió realmente en aquellos lugares. 

Cuando disfruté de la Beca Erasmus pude hacer muchas excursiones con una pareja de checos y eslovacos. Eran como los tradicionales japoneses: veían por el ojo de la cámara solamente. Siempre pensaba cuán diferente podía ser su experiencia de la mía. Ellos la iban a disfrutar dos veces, en directo y luego en sus casas, con sus familias o con sufridos amigos. Pero, ¿cómo sería la primera vez? ¿Por qué nunca se estamparon con un monumento o se cayeron de bruces?

Quizá todo esto sean arrebatos de domingo de un individuo frustradamente incapaz de hacer una foto. ¿Alguien me recuerda acaso sujetando una cámara? Y, para colmo, me licencié en Imagen y Sonido (Comunicación Audiovisual). 

Otro día hablaremos del botellón, de lo que bebemos en los bares y del tabaco, por qué no.

1 comentario:

RedGlasses dijo...

Un tema muy actual, teniendo en cuenta la presencia de facebook o sobretodo tuenti. Ambas redes sociales han hecho que el click de una cámara de fotos aumente hasta llegar a una cifra de ∞cliks/s, con el objetivo de tener material fresco.

(Teniendo en cuenta tu amor por tuenti, y tus movimientos en facebook, lo que acabo de decir no va contigo).

Nos pasamos toda la noche apretando el gatillo y posando para un flash que te hace salir con los ojos cerrados. La inspiración se nos suele acabar muy pronto y comenzamos a repetir posturas.
Todo esto, para que al final un 95% de esas fotos acaben en una carpeta a la que yo llamo "Ordenar", y que realmente nunca son ordenadas, teniendo como destino final la papelera de reciclaje.

Supongo que la emoción de todo esto, está en el momento de hacer click.