sábado, 15 de agosto de 2009

Un rato en la Feria de Málaga 2009


Se podría escribir un artículo sobre lo deplorable que es la feria malagueña. Sobre el pestazo a Cartojal, sudor y vómitos que hay que soportar al pasar por las calles; sobre las personas que se echan agua entre sí y no llevan camiseta; sobre lo desagradable que resulta tener la misma música de siempre a toda potencia en cada rincón; sobre el conformismo malagueño que todo lo tolera e, incluso, lo disfruta...

Pero es más efectivo ir a las causas y ofrecer un panorama aproximado de la sociedad malagueña que se pone de manifiesto a través de esta celebración.

La Plaza Uncibay está tomada por hordas de individuos de renta mayoritariamente baja. Sus expectativas futuras no son especialmente positivas: la ciudad sigue destruyendo empleo, y los antiguos albañiles, pintores o fontaneros ahora están hasta el cuello de deudas. El alcohol se convierte, por tanto, en una medicina infalible a corto plazo.

Todo menos irme de mi Málaga. La ciudad española que más apego crea descuida descaradamente a sus ciudadanos menos dotados de recursos: frente a los clubes privados con gimnasios, sauna y piscina, la Málaga popular (no la del PP) tiene que bañarse en unas aguas propias de una cisterna gigante averiada; la oferta cultural es nula y los barrios marginales crecen con la seguridad de que no van a salir en la tele del alcalde ni en las postales que te muestran la maldita plaza de toros desde el monte Gibralfaro. Tendremos feria pero también contamos con decenas de kilómetros cuadrados técnicamente pertenecientes al Tercer Mundo.

"Málaga, la bella" está en feria, y los malagueños hacen lo que pueden ante tamaño monstruo. Es impensable ir sobrio en una manifestación que acaba siendo la mayoría de las veces una desagradable condena de pisotones, roces húmedos y hasta peleas. El alcohol deviene entonces en un excelente antidepresivo: es mejor olvidar que no hay trabajo ni futuro en esta ciudad, que empieza a recordar a la arruinada Berlín oriental de los años ochenta. No tendremos muro, por ahora. Andalucía (con la excelente Junta socialista) se hunde y Málaga, en algo gana, marcha a la cabeza.
Detrás de toda esta función están nuestros políticos, que no son más que nuestros ciudadanos metidos a gestores y agarrados a un excelente puesto de trabajo. De nosotros se ríen los del PP, los del PSOE y los que se pongan a ello, porque saben que tenemos a los gestores que nos merecemos.

¿De quién es la culpa de que las cosas estén yendo como van? Todos podríamos hacer algo. No es utópico pensar en una ciudad participativa, que se construya a sí misma diariamente. Una urbe que rechace el discurso convencional y que haga política en todo momento: en los barrios, en las casas, en los plenos y en cada movimiento cultural que pueda producirse.

Se trata de una batalla campal que hay que librar porque merecemos una ciudad mejor. Tenemos que salir cuanto antes de este pozo, este tugurio que se ofrece al mejor postor con el único objetivo de conseguir comerciantes e inversiones. Las ciudades no son pequeñas dictaduras porque los ciudadanos todavía estamos vivos para luchar. Y el muro ya cayó una vez y podría volver a hacerlo.

10 comentarios:

Fet dijo...

Grandioso post.

Edelmino Pagüero dijo...

Gracias, sir Fet :).

Desiderio Cansino dijo...

El evangelio.

Macu dijo...

Amén con aplauso!!!
Sí, señor!
En términos del marketing, la calidad de sus posts y la identificación con sus opiniones me están "FIDELIZANDO" a su blog, caballero!
A seguir así!

Edelmino Pagüero dijo...

No sé si iré algún día más a la feria. Pero sin beber muchísimo se ve todo demasiado claro. Lamentablemente.

Fauno dijo...

Recuerde usted que Cartojal usa botellas de plástico.

Edelmino Pagüero dijo...

¿Y eso es algo positivo? Quizá sí, en la medida en que no se pueden romper en la cabeza del prójimo.

Anónimo dijo...

Increíble, nunca más lejos de la realidad, al fín alguien que ve las cosas como son, que ve a través de la cortina de humo que nos echan para que veamos sólo aquello que quieren que se vea. Mayor analfabetismo = mejor manejo de la población.

Un saludo,
Carmen SM

Anónimo dijo...

Que quereis que os diga, yo pienso EXACTAMENTE IGUAL que lo que pone el post. Me parece increible que estos pensamientos sean reales, veo que habemos muchos pensando lo mismo y eso me congratula. MI ENHORABUENA por el post, es fantástico, y los otros post también!! ;)

Anónimo dijo...

Tú no eres malagueño ni ná, tú eres un amargao que sólo vé gigantes donde hay molinos de viento. La feria de Málaga es la máxima expresión de tolerancia que hay en la ciudad. Seguro que eres de Málaga? Pareces uno cerrao de Sevilla criticando lo de fuera. Anda, quiere más a tu ciudad (si es que es la tuya, que lo dudo, al ver como hablas de ella). Viva Málaga y los malagueños y viva su feria y su semana santa y todo lo que tiene!!!!!