lunes, 6 de mayo de 2013

Pidiendo el rescate

Voy a pedir el rescate. Van a venir uniformados y con esas gafas de sol que ocultan siempre a los malévolos.

Me van a interrogar y lo voy a contar todo: no me puedo hacer cargo de mis asuntos; ¡que lo haga Bruselas!

Allí se va a decidir con qué amigos salgo y qué marca de cerveza pruebo. Si la llamo o si espero un poco más a que ella me dé un toque. Ahora, todo me vendrá en sms, con instrucciones cortas y sin derecho a réplica.

Aceptarán o no a mis amigos de Facebook, me dirán qué responder a mis jefes cuando estos me cuestionen. Dejaré de ser un tipo dubitativo, tendré "las ideas claras". Iré sonriendo casi todo el tiempo y empezaré a usar esas gafas de sol...

Conoceré a gente con "ideas claras" y montaremos guateques en los que recibiremos instrucciones por el móvil. Tendré familia, dos hijos y un perro con las mismas gafas. Saldremos felices ante el objetivo de la cámara.

Esto de Bruselas empieza a tener sus ventajas.

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