lunes, 21 de julio de 2014

Diario de un analista confuso (12). Repita conmigo

Eran las ocho de la tarde y yacía en el suelo, doblado a la altura de mi abdomen. Esperando a que ocurriera algo. O a desmayarme. Acababa de subir quizá no mucho más de dos kilómetros de los Pinares de San Antón, en Málaga, a unos 35 grados de temperatura, y luchaba por poder contarlo.

En todo lo relativo a este tipo de momentos suelo comportarme de manera demasiado dramática. Me refiero a los prolegómenos antes de vomitar.

Porque uno vomita, pero antes pasan muchas cosas. Parece que se va a pasar, que solo es un mareo, uno quiere acostarse y dormirse, como si así le dejara la responsabilidad a otro. Pero luego finalmente todo ocurre, sentados o tumbados.

Pero lo peor es vomitar en público y después de haber hecho deporte, sobre todo de manera competitiva. Ocurre esta dualidad: potar después de una botella de ron es una señal de haber hecho las cosas más o menos bien; hacerlo al final de una subida en bicicleta es la prueba de que no vales ni para que te cuenten un secreto. Algo así como el infierno de los deportistas.

Finalmente no arrojé. Es cierto, hay testigos que probablemente esperaban lo contrario, pero que tuvieron que conformarse con que la sangre volviera a mi cara y mi hígado dejara de dudar. Al final todo quedó en una anécdota. Lo del vómito es una delgada línea roja que separa al infraser del campeón olímpico. Y yo me mantengo, por el momento, del lado de las medallas.

Digo lo de las medallas porque hay que ir a por todas siempre. Me han preguntado en el taller de teatro que acabo de comenzar a qué aspiro y he respondido que a un Óscar, cómo no, pero, eso sí, al de actor de reparto, que hay que partir con cierta humildad. Ante las caras de sorpresa de las compañeras, he conseguido que un par de los que se han apuntado se sumen al carro de este tipo de premios.

Los hobbies son campeonatos ocultos donde obtener pequeñas victorias. Si no, ya veréis, que luego os las restregarán.

Actualidad

Podemos va a hacer el agosto. Nunca mejor dicho. Han conseguido un éxito electoral en el momento en que España se queda sin titulares. Entonces es cuando la extrema izquierda amenaza la piel de toro y "los demócratas" han de defender lo conseguido en el intervalo ? - 2014*. Por una vez, la fijación de la agenda mediática beneficia a la banda de galos molestos que han quedado definidos como la primera amenaza a la democracia, ya por delante de los terroristas de los que, por supuesto, son muy amigos.

Esperanza Aguirre y Pablo Iglesias escenificaron un duelo muy entretenido en la televisión este fin de semana. Los dos se decían "repita conmigo" y todo eso. Parece que ganó Pablo. Y que los "oficialistas" van a tener que cambiar de táctica. Pero creo que Podemos (e IU, y lo que haya por ahí) tienen que dar un paso más: explicar un programa posible y de qué depende que tal programa sea posible. Son dos tareas distintas: las cosas dependen de que la gente crea que pueden hacerse. Y cuando decimos "la gente", lo hacemos en un término muy amplio.

A Podemos le queda, en definitiva, hablar de políticas públicas. A los insultos responden estupendamente. A ver qué tal lo hacen con las preguntas de verdad: ¿quién gobierna? ¿Cómo se gobierna? ¿Cómo se puede ayudar de verdad a la gente? ¿Cuánto tiempo llevaría todo esto? Repita conmigo...

3 comentarios:

Guillermo dijo...

¿Hablar de qué hacer para qué? ¿Para cagarla? No conviene decepcionar a tu enamorada antes de follártela. Y ÉL lo sabe:
http://www.youtube.com/watch?v=yRez-9pNdAA

En todo caso existe algún que otro experimento fuera de las grandes audiencias. El economista de guardia de Podemos debatiendo sobre economía con un malvado neoliberal. No consiguió pasar del día 1 de gobierno:
http://www.youtube.com/watch?v=EM2sIY_kVU4

Anónimo dijo...

Todo es falso salvo alguna cosa

Edelmino Pagüero dijo...

Prometo (y puedo hacerlo) que lo del no vómito es bastante verdadero.