Por eso, pensar,
cuando no se trata de algo urgente, debería ser el auténtico pensar.
Escribo estas líneas
después de leer la entrevista que El País
hizo al escritor fallecido Günter Grass el pasado mes de marzo. En dicha entrevista
el autor habla de muchas cosas, pero llama la atención la insistencia del
intelectual casi nonagenario en la repetición constante de un drama: la
Humanidad reproduce el “Mito de Sísifo”: subimos incansablemente una pendiente
empinada sabiendo que la roca que empujamos caerá una vez que dejemos de
aplicarle nuestra fuerza. Aun así, no podemos dejar de hacerlo. Es la historia
del Siglo XX y parece que también la del XXI.
Este es nuestro
drama y, quizá, en estos momentos, la base de nuestra humanidad. La pendiente es el sistema capitalista que, más que un régimen
productivo, político y cultural, es ya nuestra civilización. Los jóvenes, los no tan jóvenes, y los demás vivimos
y vemos llegar momentos difíciles a los que nos sobrepondremos, a los que
aplicaremos nuestra creatividad, nuestra fuerza… Nuestra humanidad, en
definitiva. Por eso es un drama y por eso es humano: sabemos que habrá otro despertar, otras ilusiones, otras
esperanzas y mejores épocas, y que estas también se tornarán oscuras en algún
momento. También el amor nos lleva a muchos a aguantar la pesada roca sabiendo
que cuando nos demos la vuelta ya no seguirá en la misma posición. Pero nos
gusta la maldita roca, qué le vamos a hacer...
La Humanidad es un
cuento previsible en el que nadie puede intervenir sino para ser un mero
figurante, un despistado o un títere. Pero supongo que es parte de ese guión que
continuamente reproducimos.
Pensaba también que,
como dice Grass, nos estamos autodestruyendo: las bombas atómicas, las amenazas,
el calentamiento global, las finanzas y el descomunal aumento de la población destruirán
el planeta. ¿Y si esto ha pasado ya anteriormente? ¿Y si somos una mera urbanización
planetaria dentro de un Universo que repite la misma historia continuamente?
¿Acaso se le supone una racionalidad exterior a toda esta película? ¿Y qué sería
entonces lo que escribo? ¿A dónde llegará? ¿Qué sentido tiene?
Igual es mejor
volver a los pensamientos puntuales y urgentes. Me voy a comprar pan.
1 comentario:
Eterno retorno nietzscheano...
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