Comienza la temporada.
En las cadenas televisivas, los mismos tertulianos de siempre. Las mismas caras y las mismas voces.
Los mismos argumentos.
¿No quieren gente nueva o simplemente no quieren nuevas ideas?
La televisión no es más que otro muro de la vergüenza, suerte de médium entre nosotros y el mundo que, sin embargo, se enladrilla para que lo más peligroso no entre en nuestros hogares.
Con mucha probabilidad, el martes día 8 apareceré en el programa Espejo Público, de Antena 3. El objetivo, dar testimonio sobre la crisis y cómo nos afecta a los jóvenes; además, podría hacer algún comentario político. Si me dejan, trataré de decir algo nuevo. Pero, si lo digo, ya será algo permitido.
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