viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Violencia? No gracias, soy burgués

Cuando llevas ocho meses en paro y el móvil no suena aunque debería estar echando humo...



Cuando la tarde no ha sido fructífera y, encima, te toca pagar la factura del arreglo del coche...



... no hay nada mejor que, después de ir media hora en metro sudando el abrigo y perderse un par de veces por la calle, encontrar el concesionario cerrado. ¡Por media hora!



Ese es uno de esos momentos en que espiras y te "planteas las cosas".



Te recorre una frustración muy cabrona, que, al mismo tiempo, te daña y te protege. Te sientes desafortunado pero al mismo tiempo superior: hay una rabia que te impulsa, eres el gilipollas elegido del mes, al que le han cerrado el taller en los morros, el que, por tanto, tendría patente de corso para hacer cualquier burrada.



Entonces, recuerdas el pasado imperial de España y, ¡listo!, ya eres un fascista...



... pero las cosas no ocurren así en nuestro caso.



Las frustraciones se retiran pasado un rato; nuestro organismo tiene defensas culturales, "sentido común", para erradicar el mal que durante un rato nos posee.



No me quiero imaginar el ambiente en hogares en los que se ha agotado la prestación del paro, que ven cómo en la televisión los ministros se pronuncian con imprecisiones; que contemplan cómo los medios de comunicación inventan cada día historias nuevas para desviar la atención; que comprueban cómo antes fueron la envidia del barrio y ahora han perdido su dinero, sus casas, sus viajes a la playa...



... y lo peor de todo es perder la esperanza. Y pensar que te han engañado.



En este país, y en otros, no hay gente mala que, por su naturaleza, encuentra en la violencia su mejor modo de expresión. Hay instituciones podridas, situaciones difíciles y respuestas erróneas. Y lo más apropiado va a ser que lo vayamos entendiendo ya porque, entre todos, durante los próximos meses, tendremos que convencer a mucha gente desesperanzada de que hay puertas que nunca debieron abrirse en el pasado y jamás deben revisitarse.



Además, el taller volverá a abrir el próximo día, siempre presto para cobrarnos.

1 comentario:

Fet dijo...

A cobrarnos y a estafarnos. Siempre salgo con esa sensación de los talleres...