miércoles, 19 de mayo de 2010

Camps, cada vez más solo

Este martes publicaba Libertad Digital una información relativa a la situación política de Francisco Camps. Esta estaba firmada por Pablo Montesinos, redactor al que conocí en una cena y del que sé que milita en Nuevas Generaciones del PP; Montesinos parece contar con buenas fuentes en el entorno más crítico de Rajoy dentro del actual Partido Popular. Sus informaciones suelen ser más un reflejo de lo que intuimos que ocurre que noticias novedosas. Pero bueno.

El mensaje en la noticia era claro: Paco Camps, cada vez más solo dentro del PP nacional.

La sensación que da es que el principal partido de la derecha ya ha sacrificado su cordero al Dios Justicia para que lo dejen en paz. Es la siguiente fase de la purga superficial del partido para silenciar las voces de protesta: de "una trama contra el PP, no del PP", "unos sinvergüenzas que quieren aprovecharse del Partido Popular", de los granujas de medio pelo dejados con una mano delante y otra detrás, hemos pasado a la caza del político popular triunfador en la autonomía valenciana. Un dirigente hasta el momento impoluto para el público español.

¿Quiere decir esto que el PP apuesta por el sacrificio de Camps a cambio de cerrar el caso Gürtel a toda costa? Probablemente, o al menos eso es lo que se trata de conseguir. La condena a Camps, su expulsión de la Comunidad Valenciana, no será en ningún caso el triunfo de la política sobre la corrupción, sino al revés: la victoria de las maniobras políticas y judiciales para extirpar un tumor que sin embargo se encuentra metastatizado hasta el núcleo del partido, de la política, de la sociedad. Nada vendría mejor al PP que un triunfo del pasivo PSPV en la Generalitat. El supuesto daño electoral rebajaría los esfuerzos de los opositores por seguir culpabilizándolo.

No creo que el linchamiento de Camps vaya a servir para mucho más de lo que va a servir. Nuevamente, la política y la Justicia son los mercenarios armados de un orden social y económico injusto. Tapamos con buena pintura unas paredes podridas. Y hasta el próximo escándalo. Que es, por cierto, lo que estamos haciendo con los planes expansivos y restrictivos para tratar la actual crisis económica. Esto es como la serie 'Perdidos': capítulos y capítulos pero extraviados en el rumbo, en un guión inconcebible, incoherente y explosivo.

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