sábado, 11 de julio de 2009

¡Qué buena está nuestra Ministra de Igualdad!

Lo dicho.

Hay una turba de progres/as que, al escuchar un comentario como el que figura en el titular de la entrada, se rasga las vestiduras y entona el manido "¡machista!"

Ahora resulta machista reconocer tu interés por el sexo opuesto. En ese caso, estamos ante un caso claro de machismo.

"No", argumentan, "es que es una Ministra que está ahí por sus méritos y tú solo miras su físico". Mirar "solo" el físico no supone demérito para el resto de cualidades que no se manifiestan con la misma claridad ante la pantalla del televisor. Es más bien la descalificadora reacción la que denota la inseguridad en la titular del ramo: ¿no están quienes critican acaso justificando o temiendo el motivo de su elección como miembr(a) del Ejecutivo?

¿Cómo se calificaría el comentario de una chica ante un Ministro atractivo? ¿Sería también machismo, feminismo galopante o materialismo cárnico? ¿Acaso ellas no manifiestan también sus instintos y se encuentran igual de poseídas por lo seductor de la sociedad de la imagen?

No dejemos que el progreso se detenga y permitamos la revisión de ciertos dogmas. Y dejemos a los demás en paz, de vez en cuando. Lo que no quita denunciar el machismo, y la mala follá.

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