miércoles, 26 de agosto de 2009

La piscina, cada vez más vacía...

Bajo todavía a la piscina mientras mi subsidio de desempleo me lo permite.

Cuando me den los 420 euros, si al final los dan y tengo derecho a ellos, podré remojarme bajo una manguera o revolcarme en una charca. Y es que a cada subsidio corresponde un modo distinto de refrescarse. No lo digo yo: lo he leído en una de las disposiciones del BOE ese tan aburrido pero tan revelador en ocasiones. Estos socialismos...

Pero en esta piscina de privilegiados trabajadores o ricos subsidiados no hay nadie ya. Los meados tendrán que esperar para la próxima temporada. Los niños que se bañaban no eran niños, sino nietos de unos padres que en su tiempo fueron niños pero que ahora peinan canas o no peinan nada y han de volver a sus aburridas oficinas. Muchos años en Universidades de prestigio, los mejores recursos, para acabar en una oficina. Que a los que no vamos a las oficinas nos parecen todas iguales. "Oficinas". En fin, cada uno a su corral.


El agua ya se pone fría y en el cuadrilátero relleno de cloro empieza a descansar alguna que otra foca y osos polares.


Seguiremos a contracorriente, como si aún fuera verano. Como si quedara poco para acostarse y nuestros padres se hubieran dormido antes que nosotros, dejándonos ver la tele hasta muy muy muy tarde.


Feliz baño, con manguera o sin ella.

No hay comentarios: