jueves, 24 de diciembre de 2009

El año de la crisis

No es fin de año pero pronto lo será.

Y con él dejaremos el año de la crisis.

El problema es que el año en el que entramos se llame del mismo modo.

Probablemente le pongan otro nombre de pila, igual que hicieron con la "gripe porcina", que acabó siendo la "gripe A", no sé por qué encaje de bolillos. Pero se llamaba gripe "porcina".

A nadie le gusta morir de una enfermedad cochina. Con el "A" le dábamos una calificación mejor que la de nuestra deuda, casi como para invertir en la Bolsa. Y sacar un buen excedente.

No sabemos qué pasará con la gripe, o si va a ser "la gripe que nunca existió" que diría el tontorrón de Baudrillard.

Por mi parte, estoy saliendo de un catarro que parece catarro y no gripe porcina. He comido bastante jamón a puñados, como los ricos, por lo que auguro que me he curado en salud de gripes gorrinas para todo un ejercicio.

¿Será 2010 el año de la recuperación económica? Probablemente no. Probablemente siga el mismo gobierno diciendo las mismas cosas, casi las mismas durante los mismos meses.

Y continuaremos asistiendo como espectadores. Una pasividad consentida y alimentada recíprocamente. Una estrategia de Destrucción Mutua Asegurada nos mantendrá de manera pacífica en nuestra vida cotidiana.

¿Será 2010 el del fin de ETA? ¿Y el año en que los curas pierdan ese protagonismo catastrofista?

¿En qué vamos a avanzar en 2010? Estoy ansioso.

Mañana vuelvo a Madrid; por mi parte, las vacaciones han concluido. Si alguien quiere emular "Plácido", de Berlanga, que sepa que en Nochevieja estaré solo comiéndome un simulacro de uvas enfrente de mi televisor, pues entro a trabajar a primera hora en Año Nuevo.

Un saludo y feliz año a todos.

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