martes, 29 de diciembre de 2009

Sobre volver a la infancia

No iba a salir pero he tenido que ir a la farmacia.

Parece que lloviera desde siempre, que no hubiera sitio para el sol. Cuando vuelva a salir nos vamos a tener que a presentar.

En la farmacia no tenían lo que buscaba. Dicen que se les ha acabado el remedio para la eterna juventud. Y que no llega hasta por la tarde.

De vuelta, mientras me mojaba, me he fijado en cómo un pequeño riachuelo de agua cristalina iba rumbo a una alcantarilla.

Y he pensado en hacer una presa de trocitos de madera.

Entonces me he acordado de cuando hacer eso tenía sentido. De cuando era lo que se podía esperar de mí y de quien estuviera conmigo.

En Málaga por entonces no llovía pero enchufábamos una manguera para hacer esas presas de agua. Hoy no hubiera hecho falta.

Jugábamos a matar hormigas con unos destornilladores de juguete. Las seguíamos hasta el hormiguero y metíamos algo para que salieran.

He imaginado que me ponía de rodillas y disfrutaba del agua que caía del cielo, taponando el acceso a una alcantarilla. A pocos les iba a importar. Tengo los pantalones gastados: iba a perder poco.

Vivo solo -hasta el viernes que llega mi compañera- así que no iba a tener madre que me reprendiera por el rato de ciego disfrute.

Por algo no lo he hecho. Pudor. Qué dirán. Ser "normal". No llamar inútilmente la atención.

Qué locura la que heredamos cuando "crecemos".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aunque no te conozco, me da la impresión de que todavía te queda la suficiente sensatez para no volverte una persona "normal". Si lo haces... mi perra dejará de hablarte...

Edelmino Pagüero dijo...

:). Todavía queda tarde por delante y sigue lloviendo...

Laura dijo...

Ahora hay un clarito de sol y he aprovechado para poner una lavadora, a ver si la lluvia me deja mudarme con la ropa limpia... Por cierto, a mi me da igual lo que hagas con tus pantalones desgastados, yo paso de lavar a mano... ;)