domingo, 26 de junio de 2011

Volviendo a la "normalidad"

Definitivamente, esto del quince-eme se me había ido de las manos.

Hace algo así como treinta o cuarenta entradas hablábamos de los viajes en el tiempo y del hecho de que estos siguen siendo posibles en la actualidad -por muchos lectores que pueda perder a raíz de esta paranormal afirmación.

Lo que sucede en realidad es que muchas veces nos encontramos con situaciones parecidas a algunas que vivimos en el pasado, por lo que contamos con ciertas respuestas y estrategias de las que careceríamos si no hubiéramos vivido determinados acontecimientos.

Durante unos cuarenta días, y sobre todo estos últimos, he recordado los primeros días en la facultad de Ciencias de la Comunicación, cuando un grupo heterogéneo, diverso y explosivo de alumnos con similares inquietudes queríamos comernos el mundo. Todos éramos bienvenidos, siempre con la condición de no comportarnos de manera demasiado normal o previsible. Aquello era una primavera constante, una serie de episodios que hicieron de la licenciatura un mejor lugar donde habitar.

La cosa fue declinando y se ve que todos se hicieron mayores menos yo -que ya era, en general, algo más añejo que mis compañeros-. En esto que me encuentro con otro colectivo que comparte inquietudes, trabaja en conjunto y repite muchas de las pautas del anterior: cada tarde se ha convertido en una incógnita; nos une la utopía, no sabemos hasta qué horas de la noche...; el resto de las cosas, incluso el trabajo, pierden importancia...

No me lo puedo permitir. Trataré de alcanzar ese maldito punto medio, carnet de cordura para una sociedad en la que los banqueros vienen financiados por los sueldos de los funcionarios y las pensiones. Intentaré ser normal, "en un mundo que no es normal", como decía Herbert Marcuse en "El hombre unidimensional". De todos modos, que cuenten conmigo para este segundo viaje temporal.

No hay comentarios: