jueves, 28 de junio de 2012

Mis 'locas' aventuras en los EEUU (IV)

Escribir con teclado americano supone omitir todo tipo de tilde, lo cual es muy gracioso: uno puede tratar, a base de sinonimos, evitar esa letra tan caracteristica de nuestra lengua que no puedo plasmar aqui porque por alguna razon no encuentro la tecla. Pero con las tildes, la materializacion fisica del acento en la pronunciacion de las palabras, es imposible hacer nada: el resultado es bastante desastroso como comprobareis.

Vista la forma, vamos al contenido:

1. La Sanidad norteamericana es una cueva de autenticos chorizos. Mi dermatitis no remitia, asi que fui al centro medico de la Universidad con el objetivo de curarme, en definitiva. Un enorme error. Despues de varias entrevistas con administrativas tan agradables como orondas (gordas), pase por una enfermera y, finalmente, con lo que parecia un medico. Antes de ello debi de atravesar unas diez puertas, subir otras tantas escaleras y rellenar un monton de papeles en los que trate de confirmar que no estaba loco ni se me ocurria tomar medicinas. Ya habia entrado en el bunker. La sanacion estaba cerca...

La entrevista con el doctor se redujo a unos cuatro minutos, tras los cuales me receto un champu para la ducha. Y menudo champu: el precio total de la visita ascendio a 78 dolares. No, no habia manera de salir corriendo: !como iba a hacerlo despues de haber atravesado tantas puertas! Andar sin seguro medico por EEUU supone estar condenado a pagar o a morir de dermatitis. 

El poder del medico como sanador, como suerte de Dios que, al menos, te deja tranquilo -porque-en-asuntos-de-salud-no-se-debe-ahorrar- es terrible. Habra que pasarse a la gilipollez de la medicina natural, que abrazare con el entusiasmo que esta ultima frase refleja hacia ella.

2. Aqui no se para de estudiar: y los profesores no tienen piedad. Calidad significa dar muchisima informacion y, que le vamos a hacer, hay que estar todo el dia en la biblioteca. O, peor, con los ordenadores. Odio trabajar con programas estadisticos. Pero el esquivarlos no soluciona el problema: siempre hay que volver a ellos. Lo bueno es que hay aire acondicionado, lo que sirve para sobrevivir en medio de la ola de calor que los Estados Unidos esta sufriendo: noventa grados!! Es increible vivir a noventa grados, alguien me tendria que explicar como sobrevivimos, cuando en la Peninsula, cuando llegamos a los 35 no paramos de quejarnos.

3. Los chinos son mejores aqui que cuando en Celtiberia nos venden esas cosas que se nos rompen a los diez minutos. Dicen que saben mucho ingles pero lo hablan como si fueran miserables: pronuncian como si mascaran rollitos de primavera y resulta muy dificil enterarse. Y uno no puede aspirar a aprender ingles de un chino, sino de un autentico americano. Aprender americano de un chino es como ducharse con el agua de un gorrino -sobre dos patas- que acaba de estrenar una... bueno, ya sabeis como se llama esa cosa que esta al lado de la ducha y que es mas comoda... Al menos no son franceses, lo cual hubiera sido peor.

4. Ayer fue mi primer dia limpiando la cocina. Tiene una extension parecida a la del Bernabeu y, dada la facilidad que tengo para utilizar utensilios de metal y trabajar con las manos, se puede decir que anoche me hice un autentico hombre. En mi turno habia un tipo terrible al que no se le entendia el ingles y que parecia a punto de matarme. En los primeros momentos pense incluso en ponerme a llorar, pero no hubiera servido de mucho. Al final todo ha salido bien, pero se supone que habra que volver en una semana al tajo.

5. Terminamos con el indio. Ya participo en la Socialist Student Union como conferenciante ocasional, explicando una aproximacion sociologica a la crisis del capitalismo actual. Vamos, soltando el mismo rollo sectario de siempre pero esta vez en ingles. No es nada facil pero es una buena practica. Occupy Ann Arbor esta activo y este viernes nos daremos una vuelta por alli. Al menos eso permite salir de este invernadero-incubador de virus que podrian salirme por una millonada en la Cueva de Ali Baba que en nuestro pais llamamos ambulatorio.

Tengo que continuar: mucho que aprender, pero muchas ganas de seguir conociendo personajes extravagantes. En el proximo capitulo comentare mis primeros encuentros con la china canadiense loca, que ahora mismo me mira sonriente mientras escribo sobre ella. Estos chinos... o lo que sea.

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