lunes, 25 de marzo de 2013

Mis locas aventuras en Francia (VI)

Parece que siempre escriba cabreado, pero eso se puede explicar con suma facilidad: mis días buenos no los dedico a actualizar el blog.

Por eso no representa precisamente una buena señal que aparezca, tan pronto, una nueva entrada en esta, mi bitácora (tu bitácora).

Pero es que algunos de estos primeros días/semanas en la República están siendo un poco grises.

Para comenzar, quiero recordar una escena que me sucedió uno de los primeros días, cuando todavía no manejaba el perfecto francés que ahora exhibo cuando tengo ocasión. Pretendía yo almorzar en un pequeño restaurante cuando la camarera me explicó lo que tal establecimiento me ofrecía. Al percibir el verdor que mi piel facial le mostraba como señal de incomprensión lingüística, mi asesora gástrica trató de explicarlo más despacio, quizá por esto de que hasta el uzbeko, hablado con lentitud y pausa, termina por comprenderse mejor.

Pude por ello entrever, no sin cierto sobresalto, que la camarera me ofrecía un plato de "poisson" con algo más. Parecía que era lo único que le quedaba y mi timidez crónica me llevó a aceptarlo (¡todo ocurre tan rápido en esos momentos!) Las tensiones que la cortesía produce en ocasiones me impiden moverme con desenvoltura: ¿quería asesinarme con "poisson", veneno?

Aun así, decidí que, si la camarera lo ofrecía como algo normal, no debía de pasar nada: ¿quién iba a exigir diez euros a cambio de comer un plato de cianuro con patatas fritas? ¿Por qué iba a dirigir un establecimiento toda su maldad precisamente a mí, que llegaba con diez o veinte euros bajo el brazo y una cara de tonto la baba?

La comida transcurrió sin demasiados problemas y el fallecimiento espero que se produzca dentro de unos cuarenta o cincuenta años.

Entretanto, mi nivel de comprensión no ha mejorado demasiado, y la temida Alianza Francesa se yergue como peligrosa alternativa (de pago, por supuesto) al aislamiento del idioma. Es posible que tome medidas y, con esta anécdota, ya se me ha olvidado lo de hoy. Así que termino.

Pd. Lo de los escraches.

Los medios de comunicación nos dan dos opciones: o son ETA, o no son ETA. Esto no nos sirve para decidir sobre los escraches, pero sí sobre los medios...

Igual no es la manera, sobre todo pensando en la efectividad. El gobierno no va a ceder ante este tipo de estrategias. Creo que es necesario que se diseñen otras pensando en el largo plazo y supongo que se estarán produciendo negociaciones entre las cúpulas de estos movimientos sociales y los departamentos del ejecutivo. El escrache no es "la consecuencia natural y social de la violencia institucionalizada del sistema...". Es una estrategia más con la que personas que quieren protestar afrontan la actual situación.

Por lo demás, me da la impresión de que a España se la está dejando morir sin medicinas siquiera. Lo de Chipre es y va a ser horrible. Lo de Grecia, incluso peor. Lo nuestro va despacio pero es que ya es casi una forma de vida. Es hora de acostarse.

No hay comentarios: